miércoles, 6 de abril de 2016

NO, NO ES COACHING

Últimamente oigo y leo definiciones o perfiles de algunas personas que se presentan como coaches de ventas, de marketing, de personas, de vida… y la verdad, me quedo “ojiplática”. Eso no significa que no hagan bien su trabajo y sean buenos profesionales, pero no hacen COACHING.

Bien, llegados a este punto, he decidido aclarar qué es lo que NO  es el COACHING. Todo ello desde mi visión, la formación de coaching profesional certificada, mi experiencia, mis colegas de profesión y sobre todo… con y por el PROFUNDO respeto que tengo a esta profesión.


1º En el coaching NO enseñamos a nadie lo que tiene que hacer.

¿Cómo sería una vida para ti en la que te estén diciendo continuamente lo que tienes que decir y hacer? ¿Somos todas las personas iguales y reaccionamos igual? ¿A todas las personas nos gustan las mismas cosas y tenemos los mismos anhelos? ¿?
Cada persona es un mundo y lo que sirve para una, para otra igual no funciona.  Si necesitas en un momento dado que te digan lo que tienes que hacer, o que te orienten, ¡genial! Pero eso no es coaching.
stokpic

En el Coaching entendemos que la vida del cliente es la que tiene que ser en este momento y además, queda espacio para más, para ir a por lo que quiere.  El cliente ya tiene sus recursos, tan solo necesita reconocerlos para acceder a ellos. En el modelo de Coaching Co-activo tenemos un pilar que define claramente el corazón del buen coaching: “Las personas son por naturaleza creativas, completas y están llenas de recursos”.



2º NO, los coaches no somos expertos en todo.

No, señores y señoras. Las personas que nos dedicamos al coaching profesional tenemos nuestra vida, con nuestras idas y venidas, subidas y bajadas, éxitos y fracasos. Y aprendemos de ello, de hecho, también tenemos nuestro propio coach. Hemos pasado por diferentes situaciones que nos han hecho crecer y sacar, a veces lo mejor y otras no tanto, y con todo eso, empatizamos con nuestros clientes y les servimos de espejo para reflejar lo que hacen y cómo lo hacen.



3º NO dirigimos la vida de nadie.

Cada persona tiene sus circunstancias y se respetan.  Es como una escalada a la montaña. El coach no lleva “aúpas” a la otra persona. No. Se respeta el ritmo de esa persona, se le acompaña y le podemos ofrecer nuestra visión pero “viendo” desde su parte, no desde la nuestra. Es el cliente que tiene que experimentar y decidir. Es ahí en su propia experiencia donde saca sus recursos, y esos, ya se quedan bien grabados.



4º NO, no son pautas marcadas.

Esto no es el juego de la oca pasando por todas las casillas. Los coaches estamos bien atentos a ver qué “juego” están jugando los clientes, porque es el suyo propio, las personas no somos plantillas hechas en serie.


5º NO, nuestra opinión no es la buena.

No, no nos apegamos a tener razón, ni a nuestras opiniones. El cliente es el que sabe de su vida y de su situación, esa persona es la experta de su vida. A través de las preguntas del coach la persona llega a su información y a sus conclusiones. ¡Estaría bueno que fuésemos nosotros los que sepamos más que ellos mismos de sus propias vidas, sentimientos y sensaciones! ¿Te imaginas? ;-)


6º NO tenemos que “quedar bien” con nuestros clientes.

Me explico. El coaching potencia a las personas e impulsa a que vivan la vida que quieren vivir. ¡Para eso vienen al coaching! Para buscar algo diferente a lo que ya conocen. Si para ello, tenemos que interrumpirlas, ser totalmente directas y hacer cosas que incluso están fuera de la zona de confort para nosotros… ¡lo haremos! El coaching se trata de la vida del cliente,  no de la del coach. Los coaches tenemos la mirada fijada en la otra persona, no nos miramos el ombligo en las sesiones.



La verdad, que con el coaching se consiguen resultados extraordinarios en la vida y profesión de las personas, y para mí, es un todo un privilegio poder ser testigo de esa transformación. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario